Si te digo que en el interior de tu cuerpo se está produciendo una gran barbacoa seguramente no entenderás nada, pero si asimilamos los nutrientes que nos dan los alimentos a la madera que prende con el oxígeno que respiramos... ahora ya cuadra, ¿verdad? De esta forma, quemando los nutrientes, se obtiene energía para realizar las funciones vitales. El proceso respiratorio consta de dos pasos que actúan simultáneamente, el intercambio gaseoso y la ventilación pulmonar, que se coordinan con la función de digestión para darle al cuerpo la energía necesaria. Si quieres saber más, ¡dale al play!
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