¡La reacción clásica entre el sodio y el agua realizada de forma atractiva! En un cilindro viertes agua y añades unas gotas de fenolftaleína en etanol. Luego sobre el agua en el cilindro viertes un poco de disolvente orgánico más ligero, por ejemplo, ciclohexano. Después pones en el cilindro trozos pequeños de sodio. El metal reacciona con el agua emitiendo hidrógeno. Cuando los trozos de sodio son pequeños, las burbujas de hidrógeno que salen elevan los trozos de sodio. El resultado es que el sodio está “rebotando".
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